Cuando te vi por primera vez nuestras miradas se cruzaron, tú estabas parado en dos patitas y con tu alegría alborotada de siempre, me decías ¡llévame! Te cargué entre mis brazos y me diste la primera lamida, sentí que mi corazón se llenó de emoción, ante tan grande sensación y poco a poco nos fuimos enamorando.
Y fue así que me convenciste que te llevara conmigo, no lo dudé en ningún instante, te cobijaste entre mis brazos y sentí como si un calor invadiera mi cuerpo.
Desde aquel momento, nos convertimos en cómplices, prometimos estar juntos y no separarnos jamás porque yo cuidaría y te protegería y tú me llenarías de alegrías, jugaríamos juntos y estaríamos unidos en un lazo de amistad que duraría toda una eternidad. Ese juramento jamás se romperá porque me acompañas en mis días de soledad, porque llenas de color mis días grises.
Han pasado cuatro años desde aquel maravilloso día en que nos conocimos, pero parece que hubiera sido ayer, siempre serás mi cachorro bebé, aunque seas travieso y renegón eres la luz que alumbra mis días tenebrosos y la que dibuja siempre una sonrisa en mi rostro.
Chechito te llamé y siempre te doy
de mi tiempo para demostrarte que eres una parte muy importante en mi vida.
de mi tiempo para demostrarte que eres una parte muy importante en mi vida.
1 comentario:
Linda historia.
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