Discúlpame,
solo quiero despedirme, es la última vez que te escribo, gracias infinitas por
todos los mensajes, los besos, las caricias; por hacernos el amor y por las
veces que el amor nos hizo y nos deshizo; por los momentos que organizábamos
hacer algo juntos, lástima que todos ellos solo fueron instantes en los que
querías cubrir tu soledad. Ahora todos ellos se vuelven lindos, duros y tristes
recuerdos. Me queda claro que me querías junto a ti, pero no en tu vida. Me
hice tantas ilusiones contigo, que olvidé ser realista por una vez en mi vida. Pues,
ahora voy entendiendo que ninguna mujer se queda demasiado tiempo donde no se
siente querida, en otras palabras, donde sobra.
Contigo todo fue distinto, hice el amor amando, era perfecto estar
entre tus brazos, encajaba, por eso te decía “amor ¿me abrazas?”, amaba
sentirme protegida por ti. Qué triste que cada vez que intento buscarte me
dejas en visto o no contestas aun estando en línea, para ti es tan fácil
ignorarme (te sale genial) pero querido déjame decir que: ¡los problemas se
solucionan hablando, no dejando de hablar!
Recuerdas cuando me pediste que fuéramos novios y yo no quería,
pensaba en lo difícil que sería, pero decidí arriesgarme conocía los riesgos y
aun así los tome. Es increíble lo que se puede aguantar solo por no querer
perder alguien.
Siempre quise ser mejor, para ser una mujer completa para ti y te
sintieras orgulloso de andar de mi mano, sin necesidad de ver y desear a otras.
Quise ser la mujer que estuviera en las buenas y más en las malas.
Si me extrañas háblame, no importa que las cosas estén mal, yo
siempre voy a querer hablar contigo, aunque no creo poder volver a confiar en
ti, pero mi puerta estará abierta para cuando decidas venir a terminar las
cosas como un hombre, de frente, y ojalá puedas decirme qué fue aquello que te
hizo separarte de mí, para ver si hay algo en lo que tenga que cambiar, para no
volver a vivir esto que ahora me hace sufrir.
Ahora solo tengo que aprender a dejar ir a quien ya no se quiere
quedar, no haré ningún esfuerzo más, que te vaya muy bien, lamento tu cobardía
pues soportaste amar a una mujer de verdad. Sin más que decir debo aceptar que
te amo, pero también me amo.
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