Lo cierto es que por azares del destino te cruzaste en mi camino, te convertiste en un conocido y al poquito tiempo en un buen amigo, fuimos cruzando sin planearlo muchos caminos, tú el amigo preocupado, yo la amiga protectora, te convertiste en mi confidente, en mi pañuelo de lágrimas, en mis llamadas de madrugada. Yo en tu amiga consejera, en tu amiga que se negaba a que estuvieras con una chica cualquiera.
Éramos tan distintos y al mismo tiempo tan parecidos, los dos aferrados a nuestras ideas, tan fieles a nuestro sueños, de gustos tan opuestos en la música y la comida, algunas veces discutiendo y otras tantas y ante otros defendiéndonos.
Y así sin darnos cuenta entre abrazos y risas, y una que otra bebida, nuestros ojos se encontraron, nuestros labios se reconocieron, y así sin saber cómo, entre beso y beso, dejamos escapar el tiempo.
Con un poco de miedo y confusión, decidimos correr el riesgo, nos entregamos sin angustias a este sentimiento, pasamos de ser grandes amigos a locos enamorados, incontables risas, también discusiones y algunas malas interpretaciones, pero con la ventaja de saber que nos conocemos, que entre nosotros no hay máscaras, ni engaños, ni falsos escenarios.
No eres para nada como el amor que soñé, no te acercas para nada a la imagen del príncipe azul que imagine, pero eres sin duda mis más hermosa locura, lo mejor que la vida me regalo, eres mi amor, mi cómplice y mi todo, mi fiel amigo, con mucha suerte, mi feliz destino.
Eres sin duda mi más hermosa casualidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario