Cuando apareciste en mi vida, yo llevaba tiempo
sola, protegida entre las paredes, vivía encerrada en mi mundo, sin dar
oportunidad al amor, pero un día de pronto apareciste, fuiste aquel chico que
llamo mi atención, pasó el tiempo y te ganaste mi confianza, me ayudaste a
derrumbar las paredes donde me encontraba encerrada, yo como loca me enamoré de
ti.
Gracias a ti me atreví a sentir de nuevo lo que era el amor,
a entregar de nuevo mi corazón, mientras más pasaba el tiempo más me enamoraba,
adoraba tu sonrisa y me derretía con tu mirada, y sin embargo, no podía dejar
de temer, no quería volver a caer, ni a recoger los pedazos de mi corazón hecho
trizas como lo hice alguna vez. Pero algo en ti me hacía sentir segura,
sentirme protegida, creía que a tu lado no habría más derrotas ni ilusiones.
Encontré en tu mirada mi paz, me arriesgué de nuevo a amar.
Me
ayudaste a derrotar a mis demonios internos, a vencer mis miedos, a olvidar viejos
dolores y malos momentos, a revivir las mariposas muertas. Sentía a flor de
piel el amor, sané mis heridas y volví a creer. Y justo cuando estaba en la
cima, me dejaste caer. No es que fueras malo, pero eras ciego al amor, no te
enamorabas del alma, te enamoraste del exterior, y como todas las cosas banales
se te acabo el gusto, se te disipó la ilusión, y así sin decir nada te
marchaste y me dejaste.
Yo era
distinta, sabia amar con el alma, con el corazón, con cada fibra de mi piel, no
podía contener mis sentimientos, me enamoré sin reparos, sin prejuicios, tan
ingenuamente y sin precaución.
Así que
sucedió lo que temía, confíe de nuevo y mi mundo se derrumbó, volví a romperme,
a recoger del suelo los pedazos de mi corazón, algo por dentro se rompió y
nunca más se recuperó.
Ahora
camino sola, sin rumbo, sin ninguna ilusión, levanté de nuevo mis paredes, pero
esta vez con doble fortaleza, sin oportunidad alguna para poder pasar, sufrí el
más terrible de los dolores, pero fue la última vez que me atreví a confiar.
Llevaba
puesta una máscara de frialdad, de quien no puede amar, me aíslo del mundo y me
critican pero nadie entiende por lo que tuve que pasar.
Es muy fácil juzgarme, pero nadie
entiende que un día di lo mejor de mí, y no me supieron valorar.
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