En este momento nos encontramos en una sociedad donde la comunicación es importante, y tenemos todos los medios a nuestro alcance para potenciarla. Además el ser humano es un ser social que tiene que hablar con los demás, que no puede solucionar sus problemas por sí mismo, siempre necesita un amigo para apoyarse. Hemos progresado de tal modo, que no nos hace faltas que esa persona esté frente a nosotros, podemos hablar a distancia y sobre cualquier tema.
Aún así seguimos siendo muy falsos; la palabra sinceridad se borra muchas veces de nuestro vocabulario. Cada uno tiene muchas caras dependiendo de con quién esté, de la situación en la que se encuentre y en el fondo nadie es amigo de nadie. La AMISTAD esa palabra tan grande y tan bonita, la entregamos a todo aquel que se cruza con nosotros, ese que es amable y nos lanza su sonrisa.
Pero la amistad debería ser un pacto de lealtad entre dos personas que se comprometen a ayudarse y se sinceran y hoy, en pleno siglo XXI, en el mundo de los móviles, del Messenger, y otras muchas formas, hoy seguimos olvidándonos de esto.
Creo que la gente habla sin sinceridad, ocultándose bajo una falsa máscara: con una persona se muestra muy tímido, con otra, es el lanzado; en un debate, se pone de parte de la mayoría olvidando sus propias ideas y creencias. Todos corren por el mismo camino por miedo al otro, por miedo a ser distinto de la "masa", todos incluso los que, como yo, piensan que cada persona tiene que pensar por sí misma sin excusas. Somos racionales lo que no nos impide seguir la corriente.
En resumen, esto es una carrera para averiguar quién tiene más amigos, quién es más popular. Puedes chillar al mundo que eres el más feliz; sin embargo, a la hora de la verdad, todos estamos enredados en esta telaraña de falsedades. En pleno siglo XXI cuando más medios tenemos para hablar, es cuando más nos ocultamos.
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