Alguna vez escuché que cuando no podemos expresar nuestros sentimientos ya sea porque las palabras se atoran en nuestra garganta formando un nudo, o porque la persona a la que se los queremos decir simplemente no quiere escuchar, lo mejor es escribirlo. Nunca guardarlo. Y funciona. Tal vez al principio puede ser difícil plasmar en un papel todo aquello que hay dentro de ti queriendo salir a gritos, pero una vez que empiezas todo fluye más rápido.
Es por eso que hoy escribo estas palabras, para aquella persona especial que formó parte de mi vida, pero que un día simplemente decidió dejarme ir.
No se trata de tenerte rencor, ni de hacerte sentir mal. No se trata de repartir culpas. De nada serviría hacerlo, de igual manera las cosas no van a cambiar. Sólo se trata de expresar con palabras lo que hay dentro de mi pecho, en mi corazón. Se trata de que tú te enteres de lo que pasó conmigo y mis sentimientos. Esos que en algún momento de la vida decidiste hacer a un lado al tomar tu decisión de dejarme ir.
Aunque al principio fue como una tormenta, hoy tus huellas se han borrado por completo. Por eso, hoy simplemente quiero agradecerte, porque sin ti, y sin esos día grises, hoy todo sería diferente. Porque en el momento en que me dejaste marchar, empecé a construir a la persona que soy el día de hoy.